¿Quién no ha pronunciado estas palabras alguna vez?
Sí, la maldita resaca te estropea el día y según la edad, la semana, pero en estas fechas que cuesta trabajo encontrar algún pueblo que no esté en fiestas es casi inevitable.

Una opción es encomendarse a la virgen para que nos ayude, pero yo, que soy más pragmática y amante de potingues y fármacos,
os voy a detallar unos cuantos trucos para hacer más llevadero el día de después.

Resalim, lo ideal es tomarlo un par de horas antes de beber, dos pastillas juntas. Se trata de un complemento alimenticio que ayuda a metabolizar bebidas y alimentos. Dos cápsulas aportan el 100% de la Cantidad Diaria Recomendada de las vitaminas B1 y B6, vitaminas que contribuyen a disminuir el cansancio y la fatiga también cuando no hemos sido tan precavidos y tenemos que tomarlas ya después.

Alka Seltzer, bicarbonato de sodio formulado para aquellos a los que el alcohol o las bebidas que los acompañan provocan acidez y ardor. Estas molestias gástricas están causadas por erosiones que el alcohol provoca en la mucosa gástrica.

Espidifen, para mí un básico, fondo de botiquín de cualquier hogar, su ventaja principal es la rapidez con la que actúa, elimina o atenúa el dolor de cabeza en 20 minutos.

Esencia de Menta Piperita, una buena opción para los amantes de los productos naturales. Dos gotas de esencia aplicadas directamente sobre la sien proporcionan un frescor y alivio inmediato de la cefalea. Eso sí, hay que ser muy precavidos y evitar la zona ocular puesto que es bastante irritante.

Hidroxil y otros complejos de vitamina b, al igual que Resalim su eficacia disminuye si no se toma con antelación, pero “a posteriori” nos ayudará a combatir la pérdida de vitaminas B provocada por la metabolización del alcohol y con ello una mejora en las consecuencias de nuestros excesos.
Por supuesto el gran aliado de ese día maldito que acompaña a las noches de euforia es el agua, ir pegado a la botella (de agua se entiende) es un «must» que debemos practicar para hidratar nuestro cuerpo.